LA VOLATILIDAD Y EL DESPLOME DEL BITCOIN

Hacía meses que no veíamos tanto color rojo en los “exchanges” de criptomonedas. Esta semana ha sido muy movida, pero tampoco es algo tan extraordinario. Muchos, seguramente por desconocimiento, han entrado en pánico, cambiando de opinión sobre el bitcoin en cuestión de días. Es muy importante conocer donde inviertes, esto evitaría mucho sufrimiento a los inversores “novatos”.

Al retirarme como jugador de baloncesto, descubrí algo que nunca había tenido: tiempo. Era complicado por la intensidad que exigía entrenar cada día, competir o viajar con la selección para jugar torneos internacionales. A partir de ese momento tendría más tiempo para estudiar y formarme, algo que sería clave para enfocar el futuro. El deporte me enseñó también a aplicar sentido común en el mundo de las inversiones, y es lo que hago en mi día a día, enfocado en lo que me apasiona: las tecnologías disruptivas y en el estudio de las próximas tendencias a medio plazo (nuevos modelos digitales aplicados a las finanzas, implementación del trabajo remoto o la computación cuántica). Por eso, a los pocos meses de retirarme, cursé estudios de análisis financiero, “trading” y renta variable en el CEF (Centro de Estudios Financieros de Barcelona), y amplié mis conocimientos TIC, ya que siempre me había gustado la computación.

En finanzas, aprendí también a leer los gráficos para analizar tendencias y patrones de comportamiento de los mercados financieros (análisis técnico), y ahora utilizo esta herramienta, entre otras, para ver el comportamiento de los activos criptográficos. Obviamente, analizando en profundidad cada proyecto sobre el que se basa cada criptomoneda (“white paper”), siendo consciente de su elevada volatilidad, algo que no debería sorprender. Esta suposición de comportamiento se basa en la creencia de que los operadores reaccionan de manera similar cuando se enfrentan a situaciones parecidas. El análisis técnico no mide el valor de un activo criptográfico como el bitcoin, sino que aplica indicadores matemáticos y patrones reconocidos para predecir la probabilidad de un movimiento futuro, incluso utiliza fractales o algoritmos que predicen medias entre miles de posibles escenarios.

Mientras escribo estas líneas, el Bitcoin continúa en caída libre bajando del nivel de los 30.000 euros. Es el nivel más bajo desde febrero 2021 y que de mantenerse, confirmaría la ruptura de un soporte clave. El desplome del Bitcoin del martes 18 de mayo del 2021 arrastra a la baja a prácticamente todas las criptomonedas, como es evidente, pero, ¿como afecta esto a los mercados y a los inversores? Bajo mi punto de vista, y esto es mi opinión personal, no una recomendación de inversión, la caída del Bitcoin y, en consecuencia, el resto de criptomonedas, no modifica para nada la estrategia de mantener al, menos un 4% de criptoactivos dentro de un ‘portfolio’ diversificado. No solo para añadir activos de alto riesgo especulativos, sino para seguir invertido en la nueva economía digital, el blockchain, que sigue siendo un campo revolucionario de crecimiento y expansión, como lo fue en sus inicios internet (algo que, por cierto, no estuvo exento de grandes volatilidades y quiebras, en tiempos del llamado “pinchazo de las puntocom” entre el 1999 y el 2002).

Dicho esto, nunca deberíamos entrar en pánico, sino entender que esta corrección es normal. Hay recogida de beneficios después de muchos meses de crecimiento, y además otros factores como los tweets de Elon Musk, la prohibición de China a que instituciones financieras sean proveedores de servicios con criptomonedas o la probable irrupción del Yuan digital.

Por esto, y dentro de una cartera diversificada, deberíamos saber gestionar el riesgo, para no “volvernos locos” ante esta montaña rusa. Recordemos lo que pasó en los años 2017 y 2018 con máximos del bitcoin o el ethereum, y su posterior corrección. La diferencia de ahora es que estamos en un estado de desarrollo y de proyectos muy superior que nada tiene que ver con 2017. No en vano, quién crea, por ejemplo, en el mundo de los “non fungible tokens” u otras tecnologías que utilizan la cadena de bloques (en breve explicaré el mi nuevo proyecto NFT Honus), seguirá apostando a largo plazo por el blockchain y los criptoactivos digitales.