Últimamente se oye hablar mucho de las SPAC, (Special Purpose Acquisition Companies), un tipo de sociedades que se ha puesto muy de moda en Wall Street. Pero ¿que son exactamente? Podríamos decir que son compañías creadas con el único objetivo de levantar el capital suficiente para realizar una fusión o adquisición de otra compañía ya existente, cotizada o no, o para cualquier oportunidad futura de compra, y que cotiza en bolsa. Pese a existir en Estados Unidos desde hace años, ha sido durante estos tiempos de pandemia cuando se ha disparado su popularidad, registrándose más de 474 vehículos que han captado hasta 156.000 millones de dólares en financiación, según Bloomberg.
Es cierto que súper estrellas como Shaquille O’Neal o el rapero Jay-Z, han popularizado y han dado relevancia a este tipo de operaciones. Shack, por ejemplo, creó Forest Road Acquisition Corp (cuyo símbolo es FRX), junto con uno de los hijos de Martin Luther King Jr. y tres ex ejecutivos de Disney, y consiguieron levantar más de 300 millones de dólares, para invertir en empresas tecnológicas y de medios de comunicación. Jay-Z, por su parte, apostó por el mercado del cannabis en California apoyado por la SPAC, The Parent Company, que debutó hace meses en Bolsa, con una valoración estimada superior a los 900 millones de dólares. Otras celebridades como Richard Branson, (Virgin), posee VG Acquisition, una SPAC valorada en 850 millones de dólares que se ha fusionado recientemente con 23andMe, una compañía de investigación genética, dando lugar a un grupo valorado en más de 3.500 millones.
Como en toda operación corporativa, es clave la confianza del inversor en los promotores de una SPAC y de su capacidad de encontrar la mejor inversión, por eso tiene lógica que si se va a invertir en empresas de vinculadas al mundo de deporte o el “entertainment”, se confíe en personalidades que conozcan estos mercados, aunque la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. ha advertido a los inversores sobre la necesidad de analizar profundamente las operaciones en empresas de adquisición de fines especiales de forma rigurosa, no solo por estar asociadas con celebridades.
El jugador de los Golden State Warriors Stephen Curry, la tenista Serena Williams o el ex jugador de béisbol profesional Alex Rodríguez son algunos de los atletas involucrados en los SPAC. Sea como sea, la cultura inversora de estas estrellas americanas está más profesionalizada y evolucionada que la de la mayoría de celebridades y deportistas europeos, ya sea por su “ecosistema” más favorable o a su formación y cultura empresarial. Muchos de ellos no son nuevos en el mundo del capital de riesgo y ya habían tenido experiencias previas antes de adentrarse en el mundo de las SPAC, pese a estar en activo. Saben de la importancia de tener una buena planificación patrimonial y financiera a largo plazo, y están a la última a la hora de diversificar y calcular sus inversiones.
Fuera de los ambientes mediáticos, operaciones que demuestran las ventajas de los SPAC es, por ejemplo, la salida a bolsa de la plataforma de inversión digital eToro, estimada en 10.400 millones de dólares y que lo hará a través de este instrumento, propiciando la fusión con FinTech Acquisition Corp y que cotizará en el Nasdaq, el mercado estadounidense para valores tecnológicos. Está claro que todas las crisis generan también oportunidades, y la del Covid-19 ha propiciado el auge de las SPAC en EE.UU. Pronto las veremos aquí en Europa si las regulaciones lo permiten.